Las playas que no fueron
15 días en la gran ciudad fueron suficientes como para cansarnos del tráfico, pero también para hacer nuevos amigos, recorrer y hacer compras. Ya estábamos listos para cambiar los edificios por arena y mar, pero el panorama que nos encontramos al llegar a “la playa” fue bastante desalentador. Pasamos por Punta Chame, Playa Coronado, Nueva Gorgona, Santa Clara y Farallón y no nos pudimos quedar en ningún lado. En algunas playas el acceso era privado y no dejaban entrar a nadie que no viviera allí, en otras sólo había un pequeño sendero como servidumbre publica para llegar a la playa pero ningún lugar donde estacionar la Kombi. Y en las últimas, la crecida del mar provocada por el fenómeno llamado “Mar del fondo” que se dio en la costa pacífica desde California hacia abajo, dejó balnearios, restaurantes y hoteles cubiertos de arena. Claramente no llegamos en una buena época, ya que habíamos leído de otros viajeros que pasaron lindos días en esos lugares que nosotros no pudimos aprovechar.

Un respiro en el Valle
Un poco decepcionados nos fuimos a la montaña en busca de un lugar más fresco. Por suerte llegamos a la Laguna de San Carlos, un bello lugar donde pudimos acampar frente a la laguna, darnos un baño fresco y sorprendernos con un cielo totalmente estrellado solo para nosotros. De ahí nos fuimos para el Valle de Antón, un lindo pueblo lleno de casas de fin de semana en donde dimos vueltas por todas sus callecitas y dormimos frente al río en el Chorro Las Mosas. El Valle es un lugar súper verde y con un clima ideal, pero lamentablemente al ser tan turístico te cobran hasta por disfrutar de la naturaleza.

Otro pueblito cerca de donde comienza la montaña es La Pintada. Allí nos estacionamos un mediodía en su plaza central completamente desierta y pasamos dos noches muy tranquilas. Casi no se veía gente en el pueblo a excepción de los chicos que salían a la tarde a dar vueltas por el parque con sus bicicletas llenas de luces de LED de todos colores, parlantes y accesorios.

Otra oportunidad

Decididos a no darnos por vencidos con las playas del Pacifico, bajamos a la Península de Azuero para llegar primero a Pedasí, un pueblo chiquito cuya playa está a unos kilómetros de la plaza principal y no es un buen lugar para bañarse por la cantidad de rocas en la orilla. Pedasí está cerca de Isla Iguana, que según dicen tiene una playa muy linda, pero el tour a la isla se iba de nuestro presupuesto. Como no teníamos mucho que hacer, nos fuimos a dormir temprano estacionando frente a la plaza donde nos habían dicho que era muy tranquilo. Peero, a las 2 de la mañana nos despertamos por el ruido de un grupo de estudiantes que se iba de viaje y ese era el punto de salida. Recién a las 3.30 el bus se fue y pudimos volver a descansar.
Al día siguiente salimos para Playa Venao, famosa por tener buenas olas para el surf. Como todavía no nos animamos a incursionar en ese deporte, no nos entusiasmaba demasiado ir, pero valió la pena. Al llegar pudimos ubicarnos en un gran terreno público frente a la playa donde estacionamos bajo los árboles y no nos movimos en varios días… teníamos electricidad, agua y hasta Wifi! Ahí mismo conocimos viajeros de Uruguay, Argentina y España y descubrimos una playita tranquila en donde hacer snorkel. Cuando ya los mosquitos nos habían picado lo suficiente, decidimos seguir viaje hasta la Playa Las Lajas.
En Las Lajas también pudimos estacionar frente a la playa bajo la sombra de un árbol. A diferencia de las playas anteriores en este lugar no había hoteles, restaurantes ni nada. Solo alguna que otra casita y unas cabañas de hospedaje, que se ocupan los fines de semana, pero en la semana todo está muy tranquilo. Pasamos unos días de mucha siesta y libros hasta que nos dimos cuenta que la temporada de lluvias había empezado. La primera noche fuimos testigos de una tormenta eléctrica sin agua que se veía a lo lejos sobre el mar. Horas y horas de relámpagos que iluminaban todo el cielo, parecía un espectáculo armado para nosotros, nunca habíamos visto algo así. Al día siguiente cayó tal aguacero que en lugar de encerrarnos en la Kombi a esperar que pase, aprovechamos para lavar la camioneta y darnos una ducha natural con el agua de lluvia.

El lugar que buscábamos
De Las Lajas nos fuimos para David, la segunda ciudad más grande del país pero que sólo se parece a Panamá City por el calor agobiante. En David sentimos que todo empezó a cambiar y el que dio el puntapié para ello fue Pablo, un costarricense que conocimos en el estacionamiento del supermercado cuando nos preparábamos para dormir ahí y nos invitó a quedarnos unos días en su casa. Con él pasamos casi una semana, nos presentó a sus amigos venezolanos con quienes fuimos a conocer Volcán y Cerro Punta, dos pueblitos de montaña prácticamente sin turismo dedicados a la agricultura, y nos dio una introducción de lo que nos espera en Costa Rica (que nos llenó de ansiedad y ganas de estar ahí).

Unos días después fuimos para Boquete, un lugar que esperábamos mucho y que por suerte no nos defraudó. Pasamos dos días de puro relax invitados por el Hotel Rebequet en donde tomamos uno de los mejores desayunos de todo el viaje. Durante varios días nos estacionamos frente a la plaza para vender nuestras postales y artesanías y nos hicimos nuevos buenos amigos con quienes compartimos charlas y una noche a puro baile viendo a los chicos de Soul Fire. Ellos son un grupo de músicos viajeros que recorren Latinoamérica en un bus escolar que funciona con aceite vegetal. Un día se acercó Roger, dueño de Radio Chiriquí, quien nos invitó a uno de los programas y nos terminó prestando por varios días una casita que tiene para alquilar. A pesar de las lluvias que diariamente arrancaban a las 15 hs sin excepción, cada día que pasaba nos gustaba más ese lugar. Pasamos dos semanas disfrutando del buen clima y del verde que ofrece Boquete y decidimos seguir viaje para Bocas del Toro. En el camino frenamos por algunas noches en Jilguero Cabins, donde su dueño Alex nos invitó a pasar unos días. Son unas cabañas rodeadas de naturaleza a 70 km. de Boquete que parecen sacadas de un cuento.

Después de un mes de recorrido por el interior de Panamá, lo único que nos queda visitar son las famosas islas de Bocas del Toro. Esperemos que la lluvia se apiade de nosotros para poder disfrutar de uno de los lugares más lindos de este país!
HOLA! Los sigo desde el arranque y me fascinan sus relatos y fotografías. De alguna manera me siento en comunión con ustedes ya que están haciendo real y terriblemente alentador un sueño que me encantaría también llegar a alcanzar. Pero de alguna manera lo vivo intensamente través de ustedes. GRACIAS! EL relato de Panamá lo disfruté especialmente! Quería contarles que en enero estuve con mis hijos en Costa Rica. NO SABEN LO MARAVILLOSO QUE LES ESPERA! Conocimos bastante de la capital: no se pierdan la vida y los paisajes de los cafetales! Y recorrimos algo de la costa del Pacífico. Soñado! Presenciamos el nacimiento de las tortuguitas que son celosamente preservadas en el Parque Nacional de las Tortugas Baulas y nos quedamos con ganas de la costa del Caribe. Y si, ahora comienza también allí la TEMPORADA DE LLUVIAS pero a no desanimarse! Seguramente se maravillarán con tanta exuberancia natural y sobre todo con el carisma y el amor que los TICOS sienten por su tierra única. Les deseo lo mejor y espero ansiosa su relato de esta tierra donde fui inmensamente feliz con mi familia. Cariños y PURA VIDA!
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Hola Marina! Gracias por escribirnos y por contarnos todo eso! Estamos muy ansiosos por ir a Costa Rica. Yo (Lola), fui hace unos años pero tengo ganas de conocer bien lo que me faltó y de volver a esos lugares que me encantaron. Gracias de nuevo! Un beso grande!
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Apasionante todo lo visto y vivido en Panama . Las esplendidas fotos , y la magnifica descripción a la que nos tienen acostumbrados . nos hacen ” vivir ” sus experiencias , y estoy ” ahí ” a pesar de los km. que nos separan.
Jamas hubiera imaginado la tormenta de arena en la playa de los Farallones , y me han despertado la curiosidad de las corrientes marinas del Pacifico. Disfruten , y yo aprendo , como ven no hay edad para ello !
Mis nietos son mis profesores !!! Los quiero mucho Martha.
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Una genia Martha, como siempre buscando todo en Google para nunca dejar de aprender! Te queremos!! Un beso grande. Nico y Lola
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Hermoso Panamá! Gracias por compartir el viaje, cada vez que puedo, los leo y la verdad que puedo transportarme con cada línea que escriben, me dejan ver y sentir, un poco de esta gran aventura.
Un fuerte abrazo!
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Nos alegra mucho que puedas sentir eso con lo que contamos! Muchas gracias!! Un beso grande!
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Parece mentira que ya hace tanto tiempo que se fueron!!!Tantos nervios, tanta preparacion, tanto trabajo con Dora!!!Pero todo valio la pena, porque sabemos como lo han disfrutado hasta ahora.Sigan asi,los exrañamos!!!!!!!!
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Sii muy loco, va a ser casi un año! Pero en poquito tiempo vamos a estar ahi tomandonos unas “vacaciones” y cargando energías para seguir! Besos Bebii. te quiero!
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Interesantísmo, como siempre. Un gran abrazo.
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